Artistas y Autores

Sobre los artistas y arquitectos en cuyas obras se basaron los diseños de los sellos chilenos.
Carlos Alegría Salinas.
Eucarpio Espinosa Fuenzalida.
Auguste François.
Lucien Ambroise Henault.
Francisco Javier Mandiola Campos.
Giovanni Mochi Pinx.
Raymond Quinsac Monvoisin.
Nicanor Plaza Salinas.
Luis Fernando Rojas Chaparro.
Cosme San Martín Lagunas.
René Thenot.
Alfredo Valenzuela Puelma.
Fermín Vivaceta Rupio.
Artistas que han diseñado o grabado sellos o complementos que menciona esta obra.
Dieter Busse Hoehne.
Edgardo Contreras de la Cruz.
Alejandro Inostroza Fabres.
Alberto Matthey Dupeyron.
José Moreno Benavente.
Marcos Simpson Rubio.

 

 

 

Cosme San Martín (1850 - 1906)

Cosme San Martin Lagunas (1850-1906)

Obra de interés: Retrato de Germán Riesco.

Se le considera un artista precoz, ya a los catorce años fue discípulo de Cicarelli. En 1869, a los dieciocho años, había hecho ya tales progresos que se le nombró Profesor de Dibujo de la Academia de Pintura. En 1875 ganó el concurso para la beca de Europa con un cuadro religioso, "Aparición de Jesús a María Magdalena". Fue a París y expuso, en el Salón de 1877, "La mandolinata"; en 1878, "Le lavoir"; y, en 1879, "La lectura".

Con Cosme San Martín, la generación del Medio Siglo adquirió su perfil más auténtico. San Martín puede considerarse como su guía o caudillo; en su taller, o en un café , se reunían los miembros de esta generación una vez al mes, para exponer teorías, y relatar viajes y experiencias. Eran actos típicamente generacionales.

José Miguel Blanco ha dicho que se reunían los días 2 de cada mes para charlas de arte. La generación se había constituido en la "Academia Nocturna", fundada por el escultor Blanco, la que funcionaba en la casa del pintor Pascual Ortega. Asistían más de treinta alumnos, entre ellos Francisco Miralles, autor de "La lavandera" (Ant. Col. Lobo Parga).

Cualquiera sea el valor pictórico de las obras de Cosme San Martín, se aprecia en ellas una mayor fijeza de estilo.

San Martín también se dedica al retrato. Sus retratos también manifiestan preocupación objetivista. Según Romera, San Martín no acierta a establecer un compromiso entre su amor por la realidad más aparente y la trasposición de esa realidad a un plano artístico; en cuanto a la naturaleza, esta nada le decía; no pintó paisajes. Señala Romera: "Miró hacia un mundo pretérito artificial, revestido de elementos caducos y fungibles".

Componía diestramente y con sencillez, y ciertas obras no están exentas de sentimientos, y, sobre todo, de delicadeza. Su dibujo es correcto y puro, pero el color, seco y carente de sensibilidad, pesado, sin vibración, sin transparencia. Logra, sin embargo, con frecuencia, trozos aislados de gran robustez y fuerza plástica. La calidad está conseguida, y las sedas, los terciopelos, los paños, señalan su indudable diferenciación material.

En algún retrato la pupila del pintor se mostró más feliz. En "Mujer de perfil" hay un fino, sensitivo y delicado modelado. Se advierte, además, un hábil juego de grises, y el negro profundo y transparente del busto es un trozo de calidad.

Cosme San Martín fue un artista sincero y un maestro de vocación, con una honrada entrega a los problemas que plantea la enseñanza de las artes.

En 1886 San Martín fue nombrado director interno de la Academia de Pintura. Murió en 1906, habiendo dedicado veinticuatro años a la enseñanza.

Fte.: Extractos de ROMERA, Antonio, op. cit. en Bibliografía, págs. 50-51 y 52.