Sobre el personaje:
Al morir Pedro Montt, el mando del país quedó
en manos del Ministro del Interior, Elías Fernández Albano,
quien a su vez falleció y fue sucedido por el ministro más
antiguo, Emiliano Figueroa Larraín, a quien le tocó presidir
las fiestas del Centenario, en septiembre de 1910.
La Convención de todos los partidos liberales,
una vez cumplido el período de Pedro Montt, proclamó a
Ramón Barros Luco como transacción, ya que los dos candidatos
más fuertes, Agustín Edwards y Juan Luis Sanfuentes, no
pudieron obtener el sesenta por ciento de los votos convencionales.
Ramón Barros Luco, político sagaz y anecdótico,
asumió la Presidencia a la avanzada edad de 75 años y
gobernó el país desde fines de 1910, hasta el término
constitucional en 1915.
Ramón tenía experiencia política
y conocía a fondo la Administración Pública. Nació
en Santiago en 1835, se tituló de abogado en 1858 y fue diputado
en cuatro períodos. Su carrera político-administrativa
fue muy densa: Oficial Mayor del Ministerio del Interior en 1864; Ministro
de Hacienda con Santa María; Ministro de Guerra y Marina en 1874;
ministro del Interior de Balmaceda entre 1885 y 1888; Presidente de
la Cámara de Diputados; suscribió el acta de deposición
del Presidente José Manuel Balmaceda en 1891 y fue Ministro de
Jorge Montt, Senador y Presidente del Senado. Nadie como él conocía
a los hombres de la Administración Pública y son incontables
las anécdotas que se le achacan, incluso la idea de fabricar
el sandwich que lleva su nombre. Se dice, también, que habiendo
sabido que un funcionario de La Moneda le copiaba la firma a perfección,
lo encargó de refrendar los documentos estatales, pues "a
él le quitaban mucho tiempo".
A los cargos ya citados habría que agregar los
de Consejero de Estado, presidente de la Sociedad de Fomento Fabril
y ministro plenipotenciario en Francia.
De sólida raigambre aristocrática, jamás
designó a un ministro demócrata. Por lo demás,
según afirman sus biógrafos, nunca nombró a un
ministro, pues el trabajo se lo dejaba a Juan Luis Sanfuentes, quien
organizaba los gabinetes en su "casa azul".
Durante su administración se iniciaron las obras
del puerto artificial de San Antonio y se creó la Escuela de
Ingeniería. Se adquirió el Monasterio de Santa Clara para
instalar en él la Biblioteca Nacional, el Museo Histórico
y el Archivo Nacional. Finalmente, y entre sus logros básicos,
se inició el Servicio Militar de Aeronáutica y se creó
una escuela para formar pilotos. El gobierno de Barros Luco debió
afrontar las dificultades de la primera parte de la Guerra Mundial,
que provocó fuerte impacto económico en el país,
el que fue superado gracias al alto precio del salitre, usado en la
fabricación de explosivos. Murió en el año 1919.
Fte.: VELASCO DEL CAMPO, Nicolás, op.
cit en Bibliografía, CHILE HISTORIA N°18, pp. 31-32 y p.33.